Consumirlas como suplementos no es nocivo en personas saludables. Autorrecetarlas es el problema, pues cada organismo requiere consumos diferentes.
Ganar masa muscular o simplemente tener más rendimiento son algunas de las razones por las que muchos acuden a la suplementación, en eso no hay nada de malo, la clave está en identificar las necesidades particulares de cada deportista.
Para Andrés Felipe Zapata Muriel, nutricionista dietista con énfasis en nutrición deportiva, conocer los requerimientos de cada persona hace la diferencia en el uso de estas sustancias y por supuesto, en el logro de los objetivos.
“Las personas con porcentaje de grasa bajo necesitan más que proteína de rápida asimilación un respaldo calórico para que el cuerpo aumente de peso. Sin embargo, si se trata de personas que hacen un deporte corto lo que necesitan es una proteína que se libere sostenidamente es decir, que no se absorba rápido sino que dure entre 4 y 6 horas posterior a la ingesta. Pero si solo quiere cambiar la composición corporal y perder grasa se puede tomar proteína desde que esté bien manejada y no sobrepase de 1.5 a 2 gramos por kilo de peso. Si es así no habrá daño renal, si no lo hay previamente y si la condición de la salud de la persona está bien”.
CÓMO ELEGIRLAS
En los últimos años en la nutrición deportiva se ha gestado un gran movimiento alrededor de la suplementación y en el caso de las proteínas, la oferta es amplia, razón por la que escoger la más adecuada no es un asunto que deba tomarse a la ligera.
Según Zapata Muriel, entre las clásicas y más recomendadas están las whey proteín o proteína de suero, provenientes de la leche de vaca y que antes eran consideradas como desperdicio en la industria láctea. Investigaciones revelaron la utilidad de esta sustancia y se encontró que tiene alto valor biológico, gracias a su capacidad de absorción en el cuerpo y de reparación del tejido muscular.
“Actualmente el uso de proteiìna de suero de leche es muy comuìn en la práctica de cualquier tipo de actividad física, quien quiera construir músculo, ganar una ventaja de rendimiento, lograr una pérdida de grasa corporal notable o mejorar su salud general y el bienestar, está invitado a hacerlo, siempre y cuando tenga estructurado un plan de alimentacioìn acorde a sus objetivos”, explica el experto.
Según estándares internacionales, la proteína de suero es la sustancia más recomendada, pero el mercado ofrece otras, algunas mezcladas y ahí es donde hacer una adecuada selección del producto es definitivo.
Es frecuente que las empresas fabricantes combinen dos o incluso los tres tipos de estas proteiìnas por esa razón, a la hora de comprarlas es fundamental verificar el aporte nutricional por porción, la materia prima o ingrediente principal del que está hecho el producto.
¿Y EL CONSUMO?
De acuerdo con las directrices entregadas por la Asociación Internacional de Nutrición Deportiva, el momento en el que se consume la proteína es determinante. La recomendación es hacerlo posterior al ejercicio y sobre todo, distribuir las cargas de proteína a lo largo del día.
“Si lo que se quiere es que un plan de alimentación funcione hay que repartir pequeñas cantidades de proteína en cada una de las comidas del día: huevos, carne y demás. Es fundamental comer algo de carbohidratos y proteínas siempre en cada comida”, advierte el nutricionista.
Al momento de consumir proteína como suplemento, absténgase de cometer estos errores, que suelen ser los más comunes entre la población.
1. Nunca reemplace una comida del día por un vaso de proteína. El cuerpo obtiene la saciedad de los alimentos a través del proceso de deglución, masticación y trituración del alimento y a pesar de que en un vaso de proteína se puede encontrar la misma densidad energética, por tratarse de en un producto licuado el cuerpo lo asimila con más facilidad y la sensación de saciedad es pasajera.
2. Nunca tome más proteína de la indicada pensando que obtendrá mejores y más rápidos resultados. Recuerde que el consumo adecuado no debe superar de 1.5 a 2 gramos por kilo de peso.
3. No se guíe por lo que le dice la gente, todos los cuerpos son universos diferentes y no se pueden comparar los resultados. Escuche siempre al especialista en nutrición.
4. Lea bien las etiquetas nutricionales. Identifique los aportes de proteína por cada porción y verifique en la etiqueta los componentes del producto. “El orden en que se declaren los ingredientes en un producto en la etiqueta es de lo que realmente está hecho. Así se determina si el producto es realmente proteína o tiene azúcar y le añadieron proteína”, indica Zapata.
Así las cosas, el consumo de estos suplementos debe hacerse siempre de la mano de un profesional de manera que la absorción de esta sustancia sea más efectiva y no provoque daños en el organismo, pues es bien sabido que el exceso de este tipo de sustancias puede ocasionar falla renal.